Siéntete como Max Verstappen en el Ariel Atom 400R

Con una aerodinámica feroz y un motor Honda, el Ariel Atom 400R es en realidad un F1 para la vía pública.

Sólo hay una razón para comprar el Ariel Atom: su manejabilidad. No es un coche que se compre por su practicidad. Tampoco es un coche que se compre por su aspecto. De hecho, el Ariel Atom parece una versión en miniatura del Maeslantkering sobre ruedas. Pero todo eso es irrelevante: el Atom es un placer de conducir. Visita motos ocasión Sevilla.

El primer Ariel Atom vio la luz hace 23 años, entonces con unos modestos 190 CV de un bloque Rover. A lo largo de los años, sin embargo, ha habido multitud de versiones, con potencias que van hasta los 500 CV en el completamente desquiciado Ariel Atom V8.

Los británicos presentan ahora otra variación sobre el tema: el Atom 4R. Se trata de la versión hardcore del Atom 4 (si es que no lo era ya). Ese coche tenía el bloque de 320 CV del Civic Type R, pero el Atom 4R tiene un nuevo motor.

Después de todo, el Atom 4R tiene el motor del… Civic Type R. El nuevo Civic Type R, eso es. Todavía no estaba ahí cuando se presentó el Atom 4 en 2018. Pero por eso ahora los británicos han aprovechado para colgar el bloque en el Atom.

    

De serie, el nuevo 2.0 VTEC de cuatro cilindros tiene 330 CV, lo que supone una mejora muy pequeña. Por ello, Ariel ha añadido un poco más. El motor ofrece ahora 400 CV y 500 Nm de par. Esto lo convierte en el segundo Ariel más potente de la historia (aparte del V8).

Ariel no menciona el peso exacto, pero las prestaciones lo dicen todo. El Atom 4R pasa de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos. La velocidad máxima es de 274 km/h. Es algo menos extremo, pero en un coche como éste, seguirá pareciendo extremo.

El Ariel Atom 4R no sólo tiene más potencia, sino también una aerodinámica modificada. Con un gran alerón trasero y un spoiler delantero, es como un Fórmula 1 en miniatura.

No cabe duda de que puedes divertirte mucho con el Ariel Atom 4R, pero es un kart caro. En el Reino Unido cuesta 64.950 libras, impuestos no incluidos. En los Países Bajos, superaría con creces la tonelada.